Caminando por el moodle de la asignatura, encontré un tema bastante adecuado para comentar aquí; cito textualmente: ¿Los profesores serán intermediarios o serán productores de contenidos? Me ha llamado especial atención por lo que significa o puede llegar a significar si pensamos más allá. Históricamente, siempre se ha dicho que la profesión de maestro es de las más antiguas que existen, (a excepción de... bueno, ya todos nos sabemos el refrán...). Si analizamos el papel del maestro de épocas pasadas, este no era más que un intermediario de la información. Cuanto más cerca del principio nos encontramos más clara es la visión de intermediario del maestro, y, de la misma manera, cuanto más nos acercamos a la actualidad, más nos alejamos de esta visión y encontramos al maestro como algo más que un intermediario, pero ¿qué es exactamente?
He aquí el meollo de la cuestión. En un principio el maestro no puede producir contenidos, su misión es impartir los contenidos como son (lógicamente, por mucha vocación que tenga, un maestro no puede dedicarse a explicar que la guerra civil la ganaron los belgas y que las pirámides de Egipto las construyeron los extraterrestres), pero, entonces ¿como es posible que en la sociedad actual, y cada vez más, se este alejando del papel del intermediario?
La respuesta es muy sencilla. Un intermediario es un vídeo de internet, un megáfono, un auricular, ... Todos esto objetos son intermediarios y lo son porque transmiten una información, para ello modifican y tratan esta, de forma que al receptor le llegue sin ningún problema. Eso significa ser intermediario, y era la antigua función, o más bien concepción, del maestro: una persona que tiene una información y se la transmite al siguiente para que no se pierda. Sin embargo el maestro actual ya no es así, ahora, los maestros están en continuo aprendizaje pues no solo tratan la información para que los alumnos la reciban, sino que además debe tratar o moldear a los alumnos (en sentido metafórico, claro está) para que puedan hacerlo. Un megáfono, a un chico sordo no le puede ayudar. Un vídeo en ningún momento se preocupa porque el receptor ciego lo reciba. Sin embargo el maestro debe superar esas barreras: En todos los libros pone cual es la fórmula de las ecuaciones de segundo grado, y, si no la entiendes seguro que el profesor te explica de donde viene, pero en ningún libro pone cuando debes usarla y por que. Estos son conocimientos que el maestro debe proporcionarte de forma personal. Entonces, me parece este un aspecto remarcable. Cuando hablamos de los cambios de la sociedad, unos de los argumentos más comunes que surgen es que esta, cada vez es más y más fría y utilizando a las nuevas tecnologías como ejemplo, se demuestra que premiamos más la utilidad que el calor humano. Sin embargo, los maestros cada vez son más humanos. Si pensamos en los maestros de las historias de nuestros padres y seguramente muchos de nosotros hayamos encontrado alguno; estos eran mucho más fríos y no se preocupaban por tantos aspectos como (al menos debería ser así) el maestro actual. Es curioso, al menos a mi me lo parece, como, siendo una parte fundamental de la sociedad; la educación no termina de dejarse controlar por esta. Se me ocurre que, quizá, sea esta una de las razones por las que esta carrera esta tan desprestigiada hoy en día, de ahí también el título, porque no encaja en el avance que están teniendo el resto de profesiones, cada vez más frías y con menos trato y empatía con el cliente.
Imagen: Shokugeki no Soma Yūto Tsukuda
He aquí el meollo de la cuestión. En un principio el maestro no puede producir contenidos, su misión es impartir los contenidos como son (lógicamente, por mucha vocación que tenga, un maestro no puede dedicarse a explicar que la guerra civil la ganaron los belgas y que las pirámides de Egipto las construyeron los extraterrestres), pero, entonces ¿como es posible que en la sociedad actual, y cada vez más, se este alejando del papel del intermediario?
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La respuesta es muy sencilla. Un intermediario es un vídeo de internet, un megáfono, un auricular, ... Todos esto objetos son intermediarios y lo son porque transmiten una información, para ello modifican y tratan esta, de forma que al receptor le llegue sin ningún problema. Eso significa ser intermediario, y era la antigua función, o más bien concepción, del maestro: una persona que tiene una información y se la transmite al siguiente para que no se pierda. Sin embargo el maestro actual ya no es así, ahora, los maestros están en continuo aprendizaje pues no solo tratan la información para que los alumnos la reciban, sino que además debe tratar o moldear a los alumnos (en sentido metafórico, claro está) para que puedan hacerlo. Un megáfono, a un chico sordo no le puede ayudar. Un vídeo en ningún momento se preocupa porque el receptor ciego lo reciba. Sin embargo el maestro debe superar esas barreras: En todos los libros pone cual es la fórmula de las ecuaciones de segundo grado, y, si no la entiendes seguro que el profesor te explica de donde viene, pero en ningún libro pone cuando debes usarla y por que. Estos son conocimientos que el maestro debe proporcionarte de forma personal. Entonces, me parece este un aspecto remarcable. Cuando hablamos de los cambios de la sociedad, unos de los argumentos más comunes que surgen es que esta, cada vez es más y más fría y utilizando a las nuevas tecnologías como ejemplo, se demuestra que premiamos más la utilidad que el calor humano. Sin embargo, los maestros cada vez son más humanos. Si pensamos en los maestros de las historias de nuestros padres y seguramente muchos de nosotros hayamos encontrado alguno; estos eran mucho más fríos y no se preocupaban por tantos aspectos como (al menos debería ser así) el maestro actual. Es curioso, al menos a mi me lo parece, como, siendo una parte fundamental de la sociedad; la educación no termina de dejarse controlar por esta. Se me ocurre que, quizá, sea esta una de las razones por las que esta carrera esta tan desprestigiada hoy en día, de ahí también el título, porque no encaja en el avance que están teniendo el resto de profesiones, cada vez más frías y con menos trato y empatía con el cliente.
Imagen: Shokugeki no Soma Yūto Tsukuda
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